martes, 21 de junio de 2011

Conozcamos más sobre las actividades terciarias

Un vistazo a las actividades económicas terciarias

Introducción
     La actividad terciaria es uno de los sectores clave de la economía capitalista. Consiste en la prestación de servicios a las personas y a las empresas de tal manera que puedan dedicar su tiempo a la producción, o al ocio, sin necesidad de hacer todas las tareas que requiere la vida en una sociedad capitalista desarrollada.
     La actividad terciaria es, sobre todo, una función urbana que se desarrolla en las ciudades y las hace crecer. Incluso cuando se instala en pueblos decimos que este tiene funciones urbanas.
     La actividad terciaria va del comercio a la Administración, pasando por toda clase imaginable de servicios a la sociedad. Este es un sector en el que cabe casi todo, de ahí su heterogeneidad.
     La actividad terciaria se caracteriza por ser altamente productiva, por lo que necesita poco espacio. Esto le hace competir con ventaja por el uso del suelo en las ciudades llegando, en el centro urbano, a desplazar a todo tipo de funciones, incluso la residencial.
Proceso histórico de crecimiento
     El sector terciario crece de la mano del industrial, y se desarrolla con él. En la economía preindustrial el sector servicios apenas existía; más allá de la Administración del Estado, el comercio, el transporte y los servicios personales. La población activa empleada en él parece que era muy poca, mientras que era algo más numerosa en la industria y la mayor parte de ella estaba empleada en la agricultura. No obstante, es cierto que algunos grupos humanos estaban especializados en el transporte, por encima de la industria, como los arrieros maragatos o los carreteros mudéjares.
     A comienzos de la revolución industrial, y antes de la consolidación de los Estados liberales, la población activa dedicada al sector terciario aumentó. Aunque se mantiene por debajo de la empleada en la industria, en poco tiempo supera a la que trabaja en la agricultura. Durante este período los servicios se multiplican y se diversifican, al mismo tiempo que se hacen más profesionales. El contrato privado de servicios da a este sector un auge sin precedentes. Todo ello al compás del crecimiento y la concentración urbana.
     Durante el siglo XX, y coincidiendo con la consolidación del Estado democrático, la productividad de la industria aumenta y la tecnología hace innecesario que se empleen grandes cantidades de fuerza de trabajo. Al mismo tiempo que se demanda la prestación de más servicios, y más diversificados.
     En las sociedades desarrolladas actuales el sector servicios es la serie de actividades económicas que tiene empleada a más población activa, por encima de la industria y la agricultura, incluso si sumamos ambos sectores. En cualquier país desarrollado más del 70% de la población activa está empleada en este sector, y puede llegar al 80%.
     Esta capacidad del sector servicios para absorber fuerza de trabajo se debe, sin duda, a su versatilidad, y su poca inversión inicial, que pone este tipo de empleos al alcance de muchas rentas, y gente decidida y con una idea que sepa crear una pequeña empresa.
     Pero este tipo de actividades necesita para desarrollarse la concentración urbana, ya que es en el medio urbano donde encuentran fácilmente los clientes a los que prestar servicios.
Los subsectores fundamentales
     Los posibles servicios que se pueden prestar a la sociedad, las personas y las empresas son muchos y muy variados; pero entre todos hay algunos que son esenciales para el funcionamiento de la economía capitalista desarrollada y la sociedad actual.
El transporte
     Los transportes son primordiales para trasladar los productos elaborados desde el lugar donde se fabrican a los mercados donde se venden, y para trasladar la materia prima desde el lugar donde se encuentra hasta la fábrica donde se transforma. En este sector descansa todo el crecimiento económico y las posibilidades de desarrollo, sin él no podría existir la economía capitalista.
     Si en la etapa preindustrial el transporte era lento e inseguro era debido a la inexistencia de medios de transporte eficaces. Todo eltránsito por tierra se hacía a lomos de animales: caballos, mulas, camellos; o en los carruajes tirados por esos mismos animales, en las pocas carreteras que había. Pero el transporte de grandes mercancías se hacía por mar, o por vías fluviales; con las cocas en la Edad Media, las carabelas de unas 300 toneladas de carga, o el bajel, de más de 500 toneladas.
     El transporte por tierra era de mercancías ligeras y de alto valor añadido, mercancías y personas. Normalmente los circuitos en los que se movían los artículos eran cortos, ya que no solían sobrepasar el ámbito interregional. Era llevado a cabo por arrieros profesionales especializados, que durante muchos siglos se agruparon en torno a gremios privilegiados. El transporte de mercancías pesadas y voluminosas requería más medios. También solía tener circuitos cortos, de ámbito local o regional, que dependían de las ferias y los mercados. Este transporte era responsabilidad de personas vinculadas al pueblo productor, que, de manera temporal y de forma estacional, al finalizar las tareas agrícolas se dedicaban al comercio, por turnos, entre los jóvenes y adultos del pueblo. Pero también habrá transporte de larga distancia, con productos de poco peso y alto valor añadido.
     Existían por entonces dos tipos de vías: los caminos de herradura, por los que sólo podían circular: mulas, bueyes, caballos y personas; y las carreteras, por las que podían circular los carros. Las carreteras eran escasas, y sólo unían las principales ciudades. Eran caminos inseguros, por lo que los Reyes Católicos crearon en 1476 la Santa Hermandad. En España, los Borbones crearon una red de seis carreteras principales, que comunicaban Madrid con la costa o la frontera.
     Estas vías necesitaban continuas reparaciones, sobre todo tras la generalización en el siglo XVIII de las ruedas de clavos. Laresponsabilidad de tener en buen estado las carreteras correspondía al municipio. Para ello se creó a lo largo de la red un servicio de peones camineros encargados de mantener la vía en buen estado, pagados por el municipio, por medio de los impuestos de paso. No obstante, con frecuencia, no se reparaba la vía más que con motivo de la visita real. En esta época, los viajes eran largos y lentos; se solía emplear más de una jornada, por lo que había también una red de posadas y ventas a intervalos regulares de jornadas y medias jornadas, que garantizaban el descanso de los viajeros y la reposición del ganado. Estas ventas fueron particularmente importantes en la vía de Andalucía, que atravesaba el despoblado de La Mancha y Sierra Morena.
     De otro carácter era el transporte fluvial y marítimo. Los barcos permitían una mayor carga, por lo que eran más rentables, pero necesitaban lugares de puerto donde arribar. En todas las ciudades importantes de la costa, o en los ríos navegables, había puerto; pagado tanto por el municipio como por las cofradías de los mercaderes. Estos puertos tuvieron una infraestructura muy compleja, para garantizar la buena marcha de las transacciones. Actuaron como lugar de mercado.
     Durante la revolución industrial el transporte consigue un avance espectacular, fundamentalmente por dos motivos: la creación de una vía segura y adecuada para el transporte, y una máquina potente y regular. Estas características las tuvo el ferrocarril, que fue el gran medio de transporte que impulsará la revolución industrial, no sólo por que pondrá las mercancías en el mercado en grandes cantidades, sino por que él mismo demandó gran cantidad de productos industriales. Será con la máquina de vapor aplicada al transporte como se consigan estos avances. El transporte por ferrocarril permite, al disponer de una vía privativa y rápida, transportar grandes cantidades de mercancía de una manera segura, rápida y regular. A pesar de su lentitud inicial sus 25 km/h de la línea Barcelona-Mataró, en 1848, superan con mucho los 15 km/h que se conseguían en las líneas más rápidas de diligencias regulares, como la de Madrid a Lisboa.
     La aplicación de la máquina de vapor a la navegación será un avance cualitativo importante, pero no podrá competir con ventaja contra los veleros hasta bien entrado el siglo XX, cuando se consigan los barcos metálicos de gran tonelaje y se reduzca la carga de carbón. En los primeros barcos de vapor la carga de carbón necesaria para hacer funcionar la máquina ocupaba la mayor parte del espacio útil.
     A comienzos del siglo XX se consiguen los primeros derivados del petróleo de manera industrial, y se logra tratar la hevea para obtener caucho. Comienza entonces el asfaltado de las carreteras y se obtiene, con el motor de explosión y la rueda de caucho, un vehículorápido, tanto como el tren, y seguro, pero mucho más versátil. Al no depender de la vía férrea puede llegar a todas partes, lo que le hace muy superior al ferrocarril. Pero habrá que esperar al asfaltado de las carreteras para que se note la ventaja.
     El coche fue aumentando progresivamente su capacidad de carga, hasta que aparecen los camiones. Sin embargo, las carreteras, que hasta el momento habían estado infrautilizadas por falta de un vehículo adecuado, toman pronto un protagonismo decisivo; hasta el punto de desplazar en pocos años al ferrocarril. El transporte por carretera evita la carga y descarga del tren, dos operaciones menos, y tambiénel almacenamiento en la estación, esto solo hace al transporte por carretera más barato. Además, impulsa la industria siderúrgica de transformación y crea una compleja red de servidores para el automóvil.
     Por esta misma época los barcos a vapor desplazan a los veleros, y la aviación comienza a desarrollarse hasta alcanzar un protagonismo decisivo en el transporte de viajeros, mercancías perecederas y productos de poco peso y volumen, pero de alto valor añadido, como las flores o las joyas. Los grandes volúmenes de mercancía a larga distancia y el comercio internacional, siguen estando en manos de la marina mercante.
     Hoy en día el sector del transporte es esencial para el funcionamiento de los países, por eso es el Estado quien construye las infraestructuras viarias: carreteras, vías de ferrocarril, puertos y aeropuertos, que todos pueden utilizar más o menos libremente. Para cualquier zona subdesarrollada la construcción de una carretera es una garantía, y una condición, de desarrollo.
     El sector empresarial del transporte es muy variado, y está bien estructurado. Existen, junto a las grandes empresas de ámbito nacional e internacional que transportan tanto mercancías como viajeros, pequeñas compañías con muy pocos autos, incluso con sólo uno, que transportan viajeros o mercancías en recorridos cortos, de ámbito local, o con una sola línea de viajeros o escolar. Pero también hay firmas de tamaño medio que cubren la demanda dentro de una provincia, y que garantizan que todos los puntos de la misma tienen un servicio de transporte público regular. En España la empresa minorista es muy abundante, y dentro del sector es la que más población activa ocupa.
     Por otra parte el coche privado es uno de los símbolos de nuestro tiempo. Toda familia tiene al menos uno. Este consumo es esencial para mantener la industria del automóvil, y todo lo que conlleva. Es uno de los sectores más activos en la economía de cualquier país.
     Todo país desarrollado tiene una red de vías de comunicación muy tupida. El ferrocarril tiene la red menos densa, ya que es muy caro hacer vías exclusivas, pero conecta con eficacia los principales puntos entre los que se realiza el transporte; sobre todo grandes ciudades y puertos de mar. No es una red muy jerarquizada, aunque comienza a serlo. Existen unas pocas líneas de alta velocidad, que permite viajar a más de 250 km/h, luego están las vías de doble sentido que comunican las ciudades más importantes, y por último están las vías de un solo carril, aunque tienden a desaparecer. La jerarquía se nota más en los tipos de trenes que paran en cada estación. Estos pueden ser regionales, que paran en todas las estaciones del recorrido, o los que sólo paran en las estaciones más importantes.
     La más tupida es la red de carreteras, que llega, virtualmente, a todas partes. En coche se puede llegar a todos los núcleos de población por pequeños que sean o por difícil que sea su trazado. Esta red está muy jerarquizada. Las vías más rápidas son las autopistas y autovías, que permiten las mayores velocidades. Están bien asfaltadas, y no entran en ninguna población; tienen más de dos carriles en cada sentido y están separados de los carriles contrarios. Ellas conectan las principales ciudades. Algunas autopistas pueden ser de peaje.
     Luego están las carreteras nacionales, también bien asfaltadas y que permiten una velocidad menor. Aunque lo suelen evitar, puede que entren en algún núcleo de población. Tienen un carril en cada sentido pero no son independientes. Estas son las carreteras que conectan todas las ciudades.
     Por debajo están las carreteras secundarias, que permiten una velocidad mucho menor. Son más estrechas y no suelen tener arcén. Frecuentemente, son de doble sentido, pero el cruce de dos vehículos grandes es comprometido. El asfaltado es irregular, sobre todo en los tramos rectos, para evitar las altas velocidades. Estas son las carreteras que llegan a todos los núcleos de población y los atraviesa.
     A todo esto hay que añadir las carreteras urbanas, normalmente bien asfaltadas. Estas son las vías que permiten unas velocidades más lentas. En torno a las ciudades hay rondas de circunvalación para rodear las poblaciones y evitar los frecuentes atascos de las ciudades.
     La red viaria suele estar congestionada en los lugares de mayor concentración de población. Frecuentemente, cuando se conectan dos puntos de alta densidad, las carreteras intermedias son buenas aunque están infrautilizadas, o descongestionadas, a la espera de los grandes flujos de tráfico.
     También en los puertos y aeropuertos encontramos una jerarquía. Existen grandes puertos y aeropuertos de tráfico internacional, o que sirven para las grandes mercancías. Por debajo están los puertos y aeropuertos que sirven al transporte nacional; y por último los pequeños puertos pesqueros y los aeropuertos regionales.
El comercio
     El comercio también es fundamental para el desarrollo de la economía capitalista desarrollada, puesto que él es el encargado de distribuir la mercancía y facilitar su consumo, poniendo los bienes al alcance de los interesados.
     Comercio y mercados siempre han existido. Normalmente han estado regulados, tanto en la Edad Antigua como en la Edad Media. Durante la Edad Media y Moderna, en las ciudades, el mercado se celebraba periódicamente, por concesión real, en las plazas, puertas principales, cementerios o cualquier espacio abierto que hubiese en la ciudad. La entrada de productos en ella estaba gravada conimpuestos, o alcabalas, y el mercado estaba vigilado por un almotacén o zabazoque, que velaba por el cumplimiento de las transacciones y evitaba los fraudes. Era la persona que se encargaba, oficialmente, de contrastar las pesas y las medidas. El mercado era itinerante y temporal, y en él se compraban y vendían los artículos, excedentes de la producción, que debían durar todo el año, o al menos hasta la próxima feria. Las ferias podían ser anuales, mensuales, semanales o de cualquier otro período de tiempo. En las ciudades islámicas había un mercado permanente dentro de la medina, el zoco, pero en las cristianas no había mercado ni tiendas permanentes, si bien se podía ir a comprar los bienes a las casas de los productores. El artesano era al mismo tiempo comerciante de sus productos. Del resto de bienes se proveía el propio campesino.
     Con la revolución industrial los productos se multiplican, el precio unitario baja y además sube la renta nominal de muchas familias. Con el crecimiento de la renta las necesidades de abastecimiento se multiplican y se diversifican. Además, la vida urbana no permite proveerse de todo lo necesario. Surgen, así, los comercios permanentes, en todas las ciudades, que permiten acceder a la oferta de productos industriales y agrícolas de una manera continua. Estos comercios son, en principio, empresas de carácter familiar, por lo que están muy diseminadas en el espacio, y venden todo tipo de productos. Con el tiempo se irán especializando en una gama pequeña de productos: alimentación, vestido, calzado, electrodomésticos, etc. Además, se irán concentrando en el centro urbano. Para vender determinados productos será necesario obtener una licencia y un permiso para poner el comercio, como ocurre con las farmacias. El comercio continúa estando regulado.
     El empresariado está muy jerarquizado. El comercio tiende a concentrarse en unas pocas manos, en empresas cada vez mayores en las que el trabajo por cuenta ajena es la norma. Estas son empresas de capital anónimo que se sitúan tanto en la periferia como en el centro de las ciudades. Sin embargo, aún se mantienen un buen número de comercios pequeños, muy especializados en productos de alto valor añadido; lo que no quita para que la pequeña tienda de productos de poco valor añadido esté desapareciendo. Esto quiere decir que, aunque el sector empresarial tienda a las grandes superficies de venta, también es importante el pequeño comercio minifundista. Pero además, hay compañías de tamaño intermedio. Estas firmas tienen tiendas de pequeñas dimensiones en diversas ciudades, lo que las asemeja más a las grandes empresas que a las pequeñas; ya que normalmente emplean fuerza de trabajo asalariada, o bien prestan su marca a una empresa familiar en régimen de franquicia. Estas son compañías bien de carácter familiar o bien sociedades limitadas, y son las que más especializadas están; a veces en un solo producto o marca (artículos caros como joyas o ropa). También estas actividades se sitúan en el centro urbano ya que necesitan darse a conocer y tener a la clientela cerca. Sus mejores lugares son las calles más transitadas a pie. No obstante, algunas de estas firmas se sitúan dentro de los recintos que albergan a las grandes superficies, y se hacen subsidiarias de ellas. Las pequeñas empresas se mantienen gracias a la escasa inversión inicial que requieren. Son multitud las tiendas pequeñas de carácter familiar con rentas muy bajas y que no pueden acceder al centro urbano. Estas empresas se diseminan por el resto de la ciudad sirviendo la demanda de los barrios, entre ellas predominan las tiendas de alimentación, las ferreterías, los kioscos, las panaderías, etc.
     Es a finales del siglo XIX cuando comienza el proceso de concentración comercial; con la creación de los primeros grandes almacenes en Chicago, que ocupan lugares privilegiados en el centro de las ciudades. Se construyen grandes edificios en altura y se ocupan los bajos de todos ellos con locales comerciales. Este proceso coincide con el auge de la arquitectura racionalistas, la Bauhaus y el uso del hierro y el cristal en la construcción. En España los primeros grandes almacenes aparecen en Madrid en los años 20, y se sitúan en pleno centro, en una de las calles que comunican la Gran Vía con la Puerta del Sol: ese será el centro urbano y el gran eje de la reforma interior. Estos grandes almacenes son: Galerías Preciados, que compra una manzana completa, y El Corte Inglés, que compra un edificio en una manzana más grande, lo que a la larga le permitirá una mayor expansión.
     Tras la segunda guerra mundial el proceso de concentración se acelera y aparecen, en Francia, las primeras grandes superficies que se sitúan en la periferia urbana; lo que significa toda una nueva estrategia comercial y de localización. Estas grandes superficies son las más características del comercio en las ciudades de cualquier país desarrollado. Pero, en la actualidad, se observa otro movimiento, que consiste en la creación de grandes supermercados en el centro de las ciudades. Unos supermercados que ponen los productos de consumo diario a la puerta de las viviendas.
     El valor añadido de los productos comerciales es muy alto y por eso tiende a aumentar el precio del suelo donde se instalan. Al poder pagar rentas altas por el uso del suelo se concentran en el centro urbano y llegan a desplazar a otro tipo de actividades, incluso la residencial.
Las finanzas
     Un tipo especial de comercio es el de las finanzas: bancos y compañías de seguros, que operan en mercados ficticios. La mercancía que manejan es dinero y el valor añadido que crean es máximo.
     El mercado de las finanzas es el más central de todos, y el de mayor capacidad de desplazamiento de otras actividades del centro urbano. Es posible encontrar barrios enteros dedicados exclusivamente a las finanzas. Su potencial económico es tal que hay quien lo considera un sector económico aparte, el sector cuaternario, pero en realidad, por sus características, entra plenamente dentro del sector terciario. Históricamente, Medida del Campo fue una ciudad dedicada a las finanzas.
     Todos los bancos y compañías de seguros tienden a diversificar sus sucursales en ciudades, barrios y pueblos menores, con el fin de ofrecer sus servicios eficazmente, acercándose a sus clientes, con lo que detraen los capitales del ahorro familiar más competentemente. En la actualidad todo el mundo tiene una cuenta en un banco, donde cobra el suelo, paga las facturas o tiene sus ahorros.
El ocio y el turismo
     Con el desarrollo de la revolución industrial, y la lucha sindical por jornadas de trabajo cada vez más reducidas y sueldos dignos, se ha ido, progresivamente, proporcionando tiempo libre a una gran parte de la población. Los servicios de ocio y turismo se han convertido en una necesidad, y en una de las principales actividades económicas en la sociedad capitalista desarrollada, hasta el punto de que en países como España es la principal fuente de divisas y el motor económico de muchas regiones.
     El turismo, y sobre todo el turismo de masas, sólo alcanza su sentido en el siglo XX, cuando la dedicación exclusiva a una actividad, y el aumento de la productividad industrial permiten, al bajar las horas de trabajo, tener tiempo libre.
     La actividad de ocio y turismo no se limitan a la hostelería, si bien esta es con mucho la más importante, sino que genera todo un cortejo de actividades paralelas, tan amplias y diversificadas que es imposible enumerarlas: teatro, cine, excursiones, visitas a monumentos, etc.
     Las actividades de ocio son de corta duración y se pueden realizar entre dos jornadas de trabajo consecutivas, pero el turismo tiene un carácter especial. Para empezar, lo que se demanda es el traslado del lugar habitual de residencia a un lugar de destino durante más de un día completo. Esto conlleva la necesidad de crear una infraestructura residencial en el lugar de destino, y con un nivel de servicios alto. Los lugares de destino deseados no necesariamente tienen estas características, por lo que es necesario construirlas de nueva planta. Además, hay que construir los accesos. Todo ello genera un fuerte impacto ambiental que desvirtúa las características que se buscaban en ese lugar. Por otra parte, no siempre están previstas cuestiones como la eliminación de basuras o el consumo de agua; tanto más grave cuanto que suele tener un fuerte carácter estacional y puntual, en verano y en regiones cálidas y áridas.
     El turismo genera mucho empleo y supone muchos ingresos, pero excesivamente concentrados en el tiempo. No obstante, su mayor virtud es la creación de unas infraestructuras, sobre todo viarias, que si bien pueden estar infrautilizadas el resto del año, también pueden servir como factor de desarrollo.
La Administración pública
     Los servicios tienen en la Administración pública un oferente con características especiales. En la Administración pública no se tienen porqué buscar el máximo beneficio, puesto que se financia gracias a los impuestos que recauda el Estado.
     Los servicios públicos se desarrollan con las democracias parlamentarias y alcanzan su máximo auge tras la segunda guerra mundial, cuando en los países escandinavos se crea el concepto de Estado del bienestar.
     Los primeros servicios públicos que se ponen en marcha son la enseñanza gratuita y obligatoria y la sanidad pública, en la Alemania de Bismarck y la Francia de Napoleón III. Desde entonces y hasta la actualidad los servicios públicos han alcanzado a todas las esferas de la sociedad, desde la educación y la sanidad, hasta el ocio, las ayudas a empresas, los correos y telecomunicaciones, los transportes, los servicios sociales de asistencia, la protección del medio ambiente, la banca, etc.
     Como servicios que son se instalan en el centro urbano, aunque según las actividades que ofrezcan pueden tener otra localización, más cercana a las personas a las que sirven. Además, algunos servicios son estrictamente periféricos, como los hospitales, los cementerios, los depósitos de agua o gas, los transformadores eléctricos, algunos transportes, etc.
     La Administración ocupa a mucha fuerza de trabajo, hasta el punto de que es el primer empleador en la mayoría de los países desarrollados. La condición para mantener este Estado del bienestar es tener un crecimiento sostenido que genere un producto interior bruto en expansión, del que se puedan recaudar numerosos impuestos y cotizaciones, tanto directas como indirectas.
     Todavía existe una larga lista de servicios que resultan imprescindibles para el buen funcionamiento de la sociedad capitalista desarrollada, y que emplea a un numeroso sector de población activa: abogados, medicina privada, funerarias, asesorías, etc. Y es que en la sociedad actual es imposible realizar todas las tareas que son necesarias en el núcleo familiar. Es aquí donde los servicios crean riqueza, en el ahorro de tiempo a las familias para dedicarlas a otras cosas, entre ellas trabajar o consumir.
Teoría de los lugares centrales
     La actividad terciaria tiende a ocupar lugares centrales en el espacio. Walter Christaller elaboró, en Alemania (1933), una teoría sobre ladistribución y jerarquización de los lugares centrales en un espacio isotrópico.
     Según esta teoría, un lugar central sería aquel que pudiese ofrecer servicios de determinadas clases. Cada empresa de servicios tendrá un umbral de demanda mínimo, necesario para poder instalarse. El umbral de demanda es, pues, la población más pequeña a la que se debe prestar un servicio para alcanzar un punto de equilibrio entre gastos e ingresos. Cada servicio, y cada producto, tendrá un umbral diferente, dependiendo de su precio. Para calcular este umbral hay que tener en cuenta el precio del producto y el coste del transporte. La distancia máxima, o coste del desplazamiento, a la que se desplaza un cliente para obtener el producto se le llama alcance, alcance físico del mercado.
     Si situamos una empresa en un lugar este tenderá a concentrar la población y a servir a los habitantes del lugar central y a todo el alcance. Si el alcance es mayor que el umbral habrá un área no cubierta por la empresa, ya que la población más alejada tenderá a no desplazarse para adquirir ese servicio, a no ser que se acumulen consumos de servicios, y en esta área surgirán otras empresas del mismo tipo, hasta lograr un equilibrio. El área del alcance de una empresa tendrá forma hexagonal, para garantizar la prestación de ese servicio a todo el espacio isotrópico.
     El precio del producto determinará el umbral que necesita la empresa. Cuanto más alto sea el precio mayor será el umbral mínimo, pero, también, mayor será el alcance. Esto permite establecer una jerarquía de lugares centrales. Los lugares centrales de primer orden son los más pequeños y numerosos, y los de orden más alto hay menos. De orden mayor sólo hay uno. El lugar central de orden mayor tiene todos los servicios de los órdenes inferiores. Los lugares centrales de orden más alto tienen los servicios de los lugares centrales inferiores. Cuanto mayor es un lugar central más población tiene.
     En el modelo geométrico, el número de lugares centrales sería siempre un múltiplo de 3, pero la red de transporte introduce cambios en el acceso y el coste del desplazamiento, por lo que el número de lugares centrales es un múltiplo de 4. Además, si la región es de frontera el número de lugares centrales puede ser hasta un múltiplo de 7.
     Sin tomar con excesiva rigidez la teoría, esta se cumple en la realidad con bastante mayor frecuencia de lo que se podría esperar de la irregularidad del espacio real. No obstante, la evolución histórica suele desvirtuarla. El mayor problema que no resuelve la teoría es lainfluencia que la densidad de población tiene sobre el tamaño del alcance y el umbral. Las diferencias de densidad de población, que la propia teoría admite al concentrar la población en los lugares centrales, pueden hacer que el alcance de una empresa sea siempre superior a su umbral.
Las nuevas tecnologías en el sector terciario
     Al igual que anteriormente en la agricultura y en la industria, en el sector servicios se está produciendo un aumento de la productividad, que viene de la mano de la tecnología. La informática y las máquinas electrónicas de procesamiento de datos, trabajan mucho más rápidamente de lo que se venía trabajando hasta ahora. Este es un salto cualitativo en la gestión y la eficacia de las empresas de servicios. El efecto más inmediato es una interconexión mayor entre empresas en el que el valor de la información aumenta hasta límites insospechados, y en ocasiones se puede convertir en artículo de compraventa de primer orden y de alto valor. La eficacia del trabajo es mucho mayor.
     El aumento de la productividad en los servicios reduce las necesidades de personal laboral contratado, precisamente en el sector refugio de los excedentes de fuerza de trabajo de los otros dos sectores. Esto ha supuesto un aumento en la diversidad de los serviciospero también una expulsión de la fuerza de trabajo, que terminará en el paro. El aumento espectacular del paro está relacionado íntimamente con este fenómeno.
     Una de las causas de la profundidad de las crisis contemporáneas es que el sector servicios no tiene otro sector donde invertir su capital, fuerza de trabajo y mercancías excedentarias. No obstante, la flexibilidad del sector absorbe muchos más capitales y fuerza de trabajo de la que se podría esperar. Esto se nota, fundamentalmente, en los nuevos negocios creados para Internet.
Actividades Económicas

Las actividades económicas son aquellas que permiten la generación de riqueza dentro de una comunidad (ciudad, región, país) mediante la extracción, transformación y distribución de los recursos naturales o bien de algún servicio; teniendo como fin la satisfacción de las necesidades humanas.

Cada comunidad encuentra que sus recursos son limitados y por lo tanto, para poder satisfacer a estas necesidades debe hacer una elección que lleva incorporado un coste de oportunidad.
Las Actividades Económicas abarcan tres fases: produccióndistribución y consumo.

Tipos de Actividades Económicas
Dentro de cualquier comunidad humana se haya una división del trabajo, que beneficia a todos sus integrantes. Existen tres tipos de actividad económica: la primaria, la secundaria y la terciaria.
Según la Hipótesis de los tres sectores, cuanto más avanzada o desarrollada es una economía, más peso tiene el sector terciario y menos el sector primario. La actividad económica se diferencia del acto económico.

Actividades económicas primarias

Son aquellas que se dedican puramente a la extracción de los recursos naturales, ya sea para el consumo o para la comercialización.
Están clasificadas como primarias : la agricultura, la ganadería, la producción de madera y pesca comercial, la minería, etc.

Actividades económicas secundarias

Este sector se refiere a las actividades industriales, aquellas que transforman los recursos del sector primario.
Dentro del mismo, las industrias ligeras producen bienes de consumo inmediato como alimentos, zapatos, bolsas, juguetes, mientras que las pesadas, maquinaria y otros insumos para otros sectores; las industrias manufactureras se encargan de la elaboración de productos más complejos a través de la transformación de las materias primas.


Actividades económicas terciarias

Gracias a estas actividades, la población humana encuentra comodidad y bienestar. Consisten básicamente en la prestación de algún servicio, la comunicación o el turismo.
Tan solo en México, el 54 % de la población se dedica a las actividades económicas terciarias. Pero, existe por importancia, en el seno de este sector, una division importantes.